EL
MUNDO
13
septiembre 2016
Alberto Iglesias Fraga
Una startup española, BioDan, es la única en el mundo que produce piel artificial
casi idéntica a la humana, capaz incluso de generar su propio colágeno.
Puede
sonar a ciencia ficción, y ciertamente lo era hace unos años, pero la
bioingeniería ha logrado fabricar piel 100% humana en un laboratorio, evitando
así tener que recurrir a donantes ajenos o extracciones de piel de otros
lugares del propio cuerpo a la hora de tratar a quemados graves, heridas con
pérdida de sustancia o enfermedades de la piel.
La
empresa que ha logrado este hito es española, fue fundada por un grupo de
expertos provenientes del CIEMAT y el Centro de Tejidos de Asturias, y se llama
BioDan Group.
«Hasta
ahora, los trasplantes de piel viva se realizaban de donaciones o quitando
partes de piel de otras zonas del cuerpo para reinsertarlas en la zona
afectada», explica Alfredo Brisac, CEO de BioDan, a INNOVADORES. «Con nuestra tecnología es posible
crear tejidos vivos a partir de una pequeña muestra, sin que exista ningún
rechazo o anomalía en la recuperación. Es, de hecho, muy difícil ver dónde
empieza y acaba nuestra piel».
BioDan presume de
poder fabricar 4.400 centímetros cuadrados de piel, casi idéntica a la del
paciente, en apenas 22 días y con tan sólo una pequeña biopsia. Se trata de un
proceso patentado que da como resultado una piel autóloga de dos capas con queratinocitos y fibroblastos, con lo que es capaz de
producir su propio colágeno.
Asimismo,
la matriz de fibrina que incorpora esta piel promueve la migración,
proliferación y diferenciación de las células receptoras.
No en
vano, la rápida recuperación de los pacientes sometidos a este tipo de
trasplantes es una de las grandes ventajas de esta tecnología. Sin ir más
lejos, se ha logrado reducir en hasta 50 días el tiempo medio de
hospitalización en la UCI de los pacientes españoles con quemaduras de entre el
50% y el 60% de su cuerpo, cifra que aumenta a 53 días de reducción si hablamos
de quemaduras en el 80% del cuerpo.
Eso sí,
llegar a este grado de perfección en la técnica no ha sido fácil. «La primera
generación que desarrollamos se contraía y era muy difícil de manejar por los
médicos debido a su escasa consistencia», admite Brisac.
«En cambio, la actual se puede aplicar como un apósito cualquiera, siempre y
cuando no haya infección en ese momento».
Múltiples aplicaciones
Las
aplicaciones de esta tecnología son inmensas. Y es que, más allá de su
implantación en las unidades de quemados, su uso también está abriendo nuevas
fronteras en el sector farmacéutico y cosmético (al poderse probar un nuevo
producto sobre piel humana real en lugar de con animales o sujetos de prueba).
Asimismo, estos tejidos vivos también están siendo utilizados en
reconstrucciones de zonas con mucosidad, con lo que su empleo en tratamientos maxilofaciales, urología o ginecología es una de las patas
de negocio que BioDan está comenzando a explorar.
Más
lejos queda otro de los grandes nichos de mercado de esta industria: la cirugía
plástica. Eso se debe a que esta piel viva, pese a generar su propio colágeno,
aún no cuenta con folículos del pelo ni las glándulas que están por debajo de
la piel. Este es, de hecho, el gran reto pendiente de BioDan
para terminar de crear la piel artificial más exacta a la real que nunca
hayamos conocido.
Pioneros mundiales
Hasta
el momento, ya se han fabricado 2.500 metros cuadrados de piel que ya está
siendo utilizada en las unidades de quemados de los hospitales que conforman el
Sistema Nacional de Salud de nuestro país. Al otro lado de nuestras fronteras,
su plan de expansión internacional incluye Europa, Sudamérica y Emiratos Árabes
Una de
las grandes ventajas del hallazgo de la startup
española es que la recuperación de los pacientes es mucho más rápida. Gracias a
la tecnología de BioDan, el tiempo que pasan en
cuidados intensivos los quemados de mayor gravedad se ha reducido en hasta 53
días, según insiste la compañía.